ERRORES ORTOGRÁFICOS
Los errores ortográficos constituyen un problema que puede afectar a cualquier persona. En mayor o menor grado, todos los cometemos. Ello obedece a que el dominio de las convenciones formales del lenguaje depende de variables no sólo cognitivas y psicolingüísticas, como la atención y la memoria, sino también educacionales. Sin embargo, a pesar de ser el resultado de factores relativamente ajenos a la voluntad individual, la deficiencia ortográfica tiene un impacto social negativo. Muchos consideran que quienes cometen errores de grafía “no saben escribir”, aunque sean coherentes. Tal es el peso de la forma que incide en la valoración del contenido, lo cual probablemente se deba a que, si bien se reconoce la escritura como una actividad cuyas implicaciones van más allá del cumplimiento de unas normas de trascripción, la ortografía suele considerarse como la habilidad mínima que debe poseer quien escribe.
De los citados planteamientos se infiere: a) Aún cuando no se puede culpar a una persona por tener un desempeño ortográfico inadecuado, esto le traerá como consecuencia una desvalorización de su discurso escrito, b) pues es ese individuo el afectado, el problema es fundamentalmente suyo (no de la escuela ni de los docentes) y c) en virtud de que el problema es suyo, es él quien debe hallar una solución.
Algunos de los errores de grafía que se cometen con mayor frecuencia son:
· Omisión o utilización inapropiada de los signos de puntuación.
· Omisión o uso incorrecto de los acentos.
· Empleo inadecuado de letras mayúsculas.
· Utilización errónea de una palabra por confusión con otra que se pronuncia igual (palabras homófonas) por ejemplo: a y ah; haya y halla.
· Segmentación equivocada de palabras, por ejemplo: a cerca, a parte, o fusión de dos palabras: através, osea.
· Omisión o cambio de letras: abía en vez de había; exclavo por esclavo, etc.
La superación de estas dificultades depende de que el individuo tome conciencia de ellas (lo cual ocurre por corrección de un tercero) y practique la forma correcta.
Es importante señalar que el hecho de detectar y rectificar errores no implica escribir sin ellos. Es decir, para que los conocimientos y competencias desarrollados con la ejercitación incidan en mejorar la ortografía es necesario adoptar el hábito de someter a examen la propia escritura.
En torno a lo dicho, la psicolingüística ha demostrado que los escritores competentes revisan constantemente sus redacciones. Y esto es necesario pues cuando se elabora un texto, la atención, por lo general, se centra en el contenido, no en la forma. De allí la pertinencia de que al concluir el proceso de redacción, se haga una revisión con la mirada puesta en los aspectos formales. Es en este momento cuando lo aprendido se convierte en una valiosa herramienta: la habilidad para detectar áreas críticas y que ayuda a identificar posibles errores y el conocimiento de las normas indica la forma correcta de hacerlo. Desde luego, la recurrencia de las prácticas de escritura conducirá a una automatización de la ortografía que hará cada vez menos necesaria la rectificación.
Conviene añadir que existe una marcada tendencia a justificar el error ortográfico con base en argumentos como que la ortografía es arbitraria y por lo tanto debería simplificarse. Sin embargo, y sin ánimo de prejuzgar la validez de tales planteamientos, es prudente señalar que, junto a otros componentes del lenguaje –como el vocabulario y la sintaxis-, la ortografía es producto de una convención. Y esta última es importante pues si en una comunidad lingüística no existe el acuerdo de emplear las mismas palabras, de unirlas mediante las mismas reglas sintácticas y de escribirlas de igual forma, simplemente no hay manera de usar un lenguaje común que favorezca el entendimiento entre todos. Por esta razón, aún cuando seamos defensores de la simplificación ortográfica, es necesario participar del acuerdo. La ortografía va a cambiar, como lo ha hecho hasta ahora, y se hará más flexible. Pero mientras se adoptan nuevas convenciones, es preciso mantener las vigentes. El lenguaje necesita del compromiso colectivo para cumplir su función. Te invitamos a ver estos videos como complemento al tema tratado.
http://www.youtube.com/watch?v=v3kbHsacPOs&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=UcQJQle4F0I
http://www.youtube.com/watch?v=ENq0QzjDrzg
2 comentarios:
Apreciados compañeros Odalis, Angel y Dilma. Los sigo felicitando por el trabajo que re4alizaron donde los usuqarios interesados puenden utilizarlo con fines comerciales, publicitarios y en el caso de ustedes con fines educativos, característica que lo hace mas importante e interesante. Quiera Dios que los estudiantes lo aprovechen al maximo. saludos y mis mejores deseos porque Angel se recupere pronto. Ana.
Odalys,Angel,y Dilma, excelente trabajo, una forma muy sencilla de conocer los vericuetos lingüísticos, además muy importante , es un problema muy arraigado en nuestro país sobre todo hoy en dia, cuando en las escuelas básicas no se le da importancia mucho menos en el liceo,de alli que nos lleguen a los predios universitarios casi sin saber leer y escribir, muy interesante la historia de las palabras corotos, macundales, si los participantes aprovechan este recurso tan bien llevado por ustedes es un logro muy importante, los felicito.
Ysmenia Sanchez
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